2010-11-15

Vi a mi Alma Gemela en el Conjuro de Halloween

Querida Naamah, Estoy muy emocionada de escribirte este testimonio sobre los resultados de mi participación en el conjuro anual de Halloween 2010. Yo elegí hacer un hechizo para encontrar a mi alma gemela. Como tú sabes bien, ya llevaba más de cinco años sin conocer a nadie interesante, desde que terminé con el novio aquel que te conté que me fue realmente mal porque me dejó plantada en la iglesia el día de la boda. De verdad que he estado muy desconfiada, pero también con el deseo de rehacer mi vida. Ok, no me extiendo nuevamente en lo que ya sabes. Lo que yo quería era que al sellar los conjuros de Halloween, pudiera conocer a alguien que me hiciera feliz.

Seguí tus instrucciones al pie de la letra para entrar en el nivel astral de los conjuros. Al principio me dio un poco de miedo porque no había sentido algo así, tan fuerte y tan libre. Cuando te visualicé en el viaje que empezó en mi mente y mientras me adormecía, me sentí más segura y confiada. Me acuerdo que me tomaste de la mano porque tuve un ataque de pánico y me dijiste que mi miedo era una forma enmascarada de rechazar el amor, que los humanos ponemos pretextos para rechazar la felicidad y los miedos e inseguridades son los pretextos más comunes. Llegar a ese mundo mágico en el que todos los consultantes del Círculo Esotérico Latinoamericano estaban reunidos con los Magos fue algo que me llenó de energía e ilusión. Yo siempre aconsejaré a quienes me lo pregunten, que se acerquen a la Alta Magia Gnóstica-Alkímica del Codex Arkanum porque uno se siente eterno y poderoso. Lo más impresionante de todo el conjuro no fueron los rituales del astral en sí, que fueron algo sorprendente y majestuoso, sino que estando ahí, entre la gente o los espíritus que participaban en los rituales vi el rostro de un hombre que me gustó mucho y que supe ahí, por telepatía, que me lo iba a encontrar pronto.

Cuando desperté de todo este ensueño tan vívido, un viaje auténtico del que regresé algo adolorida de las piernas porque no supe caer al cuerpo correctamente, ya casi había olvidado de algunos detalles de, éste sí, el joven de mis sueños. El día siguiente tuve que entrar a un café internet porque mi servicio de internet se descompuso y, Dios mío, que llega un hombre a la computadora de al lado mío y me hace un comentario extraño. Lo miro y es el chico de mi sueño. Al terminar la sesión del café internet me invitó a tomar un helado y hemos estado haciendo el dating por un par de semanas, yo encantada, viviendo el sueño de amor que se me visualizó durante el conjuro. Este trabajo mágico vale oro y son los trescientos dólares mejor invertidos en toda mi vida. ¡Gracias por todo!

(Gabriela R./Maracaibo, Venezuela)


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